martes, 7 de febrero de 2017

Con restos humanos identifican a niña desaparecida, otra víctima del asesino serial de Tamuín

CON RESTOS HUMANOS IDENTIFICAN A NIÑA DESAPARECIDA, OTRA VÍCTIMA DE ASESINO SERIAL DE TAMUÍN

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San Luis Al Instante.- Las autoridades identificaron a Rosa María Hernández, de 11 años de edad, como una de las víctimas del asesino serial de Tamuín de nombre Filiberto Hernández Martínez, quien fuera instructor de karate, maestro de catecismo y ex militar, detenido desde el mes de julio de 2014.

Ver nota:


Feminicida de Tamuín violó y mató a cuatro niñas; era subteniente del Ejército

La Procuraduría General de Justicia del Estado informó el pasado 1 de febrero a familiares de la niña y abogados sus resultados de pruebas de ADN, aplicados a fragmentos humanos encontrados ese mismo año de 2014 en un lote baldío del municipio de Tamuín.

Rosa María Hernández fue reportada como desaparecida por sus familiares en el año 2010 y habría sido la primera víctima de Filiberto Hernández Martínez, quien confesó haber asesinado a cuatro niñas y una mujer.

“El resultado confirma la culpabilidad de Filiberto, porque su confesión con la confirmación de las pruebas de ADN es verdadera”, declaró Micheel Salas, abogado de las víctimas. 

Por años las autoridades consideraban a la menor en calidad de desaparecida y sostenían la hipótesis de que había huido de su casa por conflictos con sus padres. Fue hasta ahora que se tienen resultados de las pruebas de ADN sobre los fragmentos humanos hallados en un lote baldío que logró establecerse la verdad en torno a su desaparición.

Aunque el procesado denunció que haber sido víctima de tortura para declararse culpable, tras su confesión fueron localizados los cuerpos de cuatro niñas de entre 9 y 15 años de edad, así como de una mujer de 32 años, desaparecidas entre 2010 y 2014.

En septiembre pasado, Filiberto Hernández Martínez pudo haber salido en libertad por fallos en el proceso, entre ellos porque sus declaraciones pudieron haber sido arrebatadas bajo tortura.

Otras irregularidades cometidas por la PGJE, entonces a cargo de Miguel Ángel García Covarrubias y en torno a estos asesinatos, fueron no haberse practicado pruebas de ADN a los cuerpos de las víctimas, ni haberse tomado muestras del vehículo, objetos y domicilio de Filiberto Hernández. Tampoco se tomaron en cuenta testimonios de familiares y amistades.

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